Ahora comenzamos con cosas que se pueden ver. En los dos tipos de evidencias anteriores se trataba de relatos intangibles, recuerdos de épocas remotas que cada quien puede interpretar a voluntad. En este caso nos encontramos con cuestiones totalmente visibles plasmadas en las artes plásticas.
Arte plagado de gigantes
Las pinturas y esculturas antiguas de todo el mundo muestran personajes de muy variados tamaños. Desde las pinturas rupestres en adelante siempre han sido graficados gigantes y personas de escala común conviviendo, El arte egipcio es muy claro en la diferenciación de los tamaños así como lo es el arte mesopotámico. Por supuesto en la arquitectura es donde más se refleja este desfasaje entre la altura de las personas de la actualidad y las dimensiones gigantes de los monumentos de antaño, pero de este tema hablaremos en el punto siguiente. Siempre estos gigantes, como ya lo he mencionado antes, son tomados como dioses o hijos de los dioses. Incuso en una película de hace algunos años llamada Dioses de Egipto, se los muestra con la escala que aparecen en los jeroglíficos.
Sin embargo, no es necesario ir tan atrás en el tiempo para encontrar retratos de gigantes. En el arte gótico y en menor medida en el renacentista, esta diferencia de tamaños entre las personas es una moneda común.
Licencia poética o reflejo de la realidad
La explicación oficial dice básicamente dos cosas. La primera es que no manejaban bien la perspectiva y las proporciones, lo cual puede sonar hasta ridículo contrastándolo con los desarrollos arquitectónicos contemporáneos a esas obras de arte. La segunda explicación es que a los personajes más importantes de las pinturas y esculturas se los representaba más grandes. Así los dioses, héroes o incluso reyes aparecen como gigantes. Ahora podemos preguntarnos, ¿no podrían ser acaso estos héroes o reyes realmente de otro tamaño? Como ya hablamos de lo que sucede en el reino animal, dónde dentro de una misma especie, los ejemplares más grandes, ocupan las más altas jerarquías. Es de esta manera que los artistas tal vez no estuvieran enfatizando la importancia de los personajes, sino retratándolos como realmente eran, por lo que algunas de las monarquías modernas podrían tener alguna herencia de aquellos reyes gigantes de un pasado, quizás, no tan lejano. Y aquí nos seguimos acercando en el tiempo, ya que de los mil años atrás que mencionamos en el punto anterior, ahora ya estamos en el renacimiento, hace 500 años. Las evidencias son cada vez más cercanas en el tiempo.
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